A Eugenio María de Hostos se le considera uno de los puertorriqueños más ilustres no sólo por su voluminosa obra escrita sino también por los proyectos y las luchas que llevó a cabo desde sus años de estudiante de Derecho en España, hasta su muerte en la República Dominicana. El Hostos más conocido es, indudablemente, el que un equipo de investigadores e investigadoras de su obra ha denominado el Hostos público. Al salir a la luz, como parte de sus Obras completas, edición crítica, el Diario que Hostos escribiera como documento privado en varias épocas de su vida, advierten que estos escritos de naturaleza personal “... van reflejando múltiples aspectos de la personalidad de Hostos como escritor y como hombre en la doble dimensión privada y pública”.[1] Esa dimensión privada de su vida que comienza a revelarse varias décadas después de su muerte en 1903 es el Hostos íntimo.
Su dimensión pública está contenida en sus obras sistemáticas, su voluminosa correspondencia, sus escritos periodísticos, sus libros de viajes y su obra literaria, la mayor parte publicados después de su muerte. Tienen que ver con sus proyectos o propuestas como hombre de luchas en varios frentes. Tienen un propósito de interés público como de tipo pedagógico o de divulgación de sus ideas sobre diversos temas, pero todos relacionados con sus luchas.
La dimensión privada o íntima se ha podido rescatar luego de publicados su Diario y sus Páginas íntimas, aunque también en menor grado de algunos pasajes de su obra literaria como su novela La peregrinación de Bayoán u obras de teatro (“El cumpleaños”, “Loa a Mamá”, “La llegada de la guagua”),[2] de algunas cartas, de escritos sobre viajes y de escritos sobre su persona, particularmente el anecdotario publicado por su hijo Bayoán Lautaro.[3] La noción de intimidad tiene diferentes connotaciones. En el caso de Hostos, se remite al ámbito familiar o al personal, a su interioridad.[4] En los íntimos expresa sus sentimientos hacia su esposa y su familia en general o reflexiona sobre lo que considera su deber, sobre sus dudas, inquietudes o visiones de sí mismo.
¿Qué imagen o imágenes de Hostos salen de esos escritos privados, luego hecho públicos? En una primera mirada, mínimamente dos, bastante contrapuestas: un Hostos orientado al amor a su esposa y familia y uno atormentado por su deber hacia su patria y la revolución.
La primera imagen puede observarse principalmente en Páginas íntimas, una colección de anotaciones o relatos y de cartas de diferentes momentos de su vida. Las primeras tienen forma de diario, aunque no forman parte del Diario en sí y su temática es diferente. Las segundas, dirigidas a su esposa y a sus hijos e hijas, abarcan varias épocas. La principal investigadora de los escritos del Hostos íntimo opina que Páginas íntimas debiera formar parte del Diario “…pues ellas complementan de magnífico modo el retrato del hombre tierno, amantísimo de su esposa e hijos que fue el autor”.[5] Se observa también como una persona segura de sí misma y de su deber moral. Por ejemplo, expresa sin ambigüedades y sabe perfectamente a qué va a Caracas en 1876 como parte de su peregrinación por la América del Sur. Allí conoce a Inda, quien será su esposa y madre de sus hijos e hijas. Los pasajes en los cuales describe su emoción al conocer a Inda son enternecedores, dignos de una novela romántica.
En marcado contraste con esta, está la que prevalece en el Diario, escrito en épocas distintas que van desde 1866 hasta 1903, finalizando cinco días antes de su muerte. Según Mora, es un documento privado, esencialmente para sí mismo.[6] Su temática también es diferente. Este nos retrata a un Hostos enfocado en el deber hacia su patria y la revolución y que se cuestiona constantemente si está haciendo lo necesario para alcanzar el triunfo e incluso si tiene las capacidades para lograrlo.[7]
Mora nos da algunos ejemplos de la visión de sí mismo que plasma en su Diario:[8]
“Moderemos la imaginación dirigiendo cada noche o cada mañana una mirada atenta al fondo de este caos que va conmigo; ejercitemos otra vez la reflexión...” (I, 24)
“Muy mal, muy mal: no puedo estar contento de mí mismo.” (1, 42)
“Todo lo que era una esperanza se ha convertido en un fracaso; la inteligencia no me sirve para nada; el carácter no me sirve para nada...” (II, 142).
“Es insoportable esta vida. Siempre ante mi razón y ante la conciencia el contraste de lo que soy y lo que pudiera ser, de lo que debo y quiero con lo que puedo; de lo que hago con lo que sería capaz de hacer...”. (I, 379)
“Estoy profundamente triste. Motivos inmediatos: la soledad, que me es tan dolorosa mientras la sufro, y que me atormenta...” (II, 88).
“... ¿por qué vacilo ante la realidad y la armo con los temidos aguijones de mi propia timidez?” (I, 280)
“... paso el día avergonzándome de mí mismo, imaginando en la inercia medios que la inercia esteriliza.” (I, 44)
“Yo necesito que mis días estén llenos de acción, y todos pasan sin que yo dé al mundo muestras de mí mismo.” (I, 44)
“Entrar en la vida real... equivale a cumplir pequeños deberes reales y yo prefiero soñar grandes deberes imaginarios...” (II, 52)
Se han esgrimido algunas explicaciones para estas visiones negativas de su yo íntimo. Mora lo ve como reflexionando sobre las dificultades para lograr metas que él mismo se fijaba muy altas e indica que “muchas de las crisis registradas por Hostos en su Diario, pudieron provenir directamente de la vivencia de acontecimientos históricos y de encontradas corrientes de pensamiento...”; “en Hostos, la vivencia interior es indivisible del suceso externo”.[9] Advierte, sin embargo, que “el lector tendrá́ que recordar, para balancear la queja, su prolífica actividad política y periodística, que la desmiente”.[10] Esta advertencia de Mora es sumamente importante porque las dos dimensiones se dan en planos distintos: uno interno y el otro externo y, en el primero reflexiona sobre el segundo y usa esa reflexión, que ciertamente raya en la queja y en la mortificación, para moverse a cumplir con su deber. Como muy bien señala Reyes Dávila, “... además del propósito de auto conocimiento, sus diarios tienen la misión de encauzar su voluntad y dirigir sus acciones”.[11] Juan Bosch, su biógrafo y primer editor de sus obras completas, nos lo presenta, en el balance, como una vida llena de fracasos y desengaños, pero también de muchos logros. Tiene, por lo tanto, una dosis considerable de ambas. Es considerado prócer y héroe y, aunque se cuestionó a sí mismo, nunca cesó en su lucha. Si bien, en realidad, no alcanzó sus más preciados sueños, y su vida terminó en el abatimiento, éstos quedarían como utopías inconclusas.[12] Y aunque bastante temprano en su vida se preguntó si podría ser profeta en su tierra[13], en su último trance ante “el fastidio de la vida”,[14] no llegó quizás a intuir en su yo interno que la labor realizada y sus proyectos inconclusos lo podrían convertir, mucho más tarde, en un profeta en su tierra.[15]
Presentación por el Dr. Roberto Mori González.
Referencias sobre el tema:
Hostos, Eugenio María de. Diario 1866-1869, Obras completas (Edición crítica) 2. San Juan: Editorial del Instituto de Cultura Puertorriqueña y Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1990. Gabriela Mora, Introducción, Edición digital: Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2010.
Hostos, Eugenio María de. Diario. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2010. Edición digital a partir de Obras completas, 1, La Habana: Cultural, 1939. Enlace: https://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmc3j3z7.
Hostos, Eugenio María de. Diario. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2010. Edición digital a partir de Obras completas, 2, La Habana: Cultural, 1939. Enlace: https://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmczs3b8.
Hostos, Eugenio María de. Páginas íntimas. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2010. Edición digital a partir de Obras completas, 3, La Habana: Cultural, 1939. Enlace: https://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcv12m6.
Arce, Margot. “Hostos Anecdótico”. Revista de la Asociación de Mujeres Graduadas Universidad de Puerto Rico, año I, vol. II (diciembre 1938): 9-11.
Galindo Ulloa, Javier. “El Diario íntimo de Eugenio María de Hostos”. Fuentes Humanísticas 27, núm. 52 (semestre 2016): 79-95.
Hostos, B[ayoán] de. Eugenio María de Hostos, íntimo. Santo Domingo: Impr. Montalvo, 1929.
Hostos, María Asunción Vda. de. “Hostos por Hostos”. Claridad, “En Rojo”, 22 al 28 de abril de 1994.
Mora, Gabriela. Hostos intimista. En Visiones sobre Hostos, editado por Manuel Maldonado Denis, 259-300. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1988.
Mora, Gabriela. Hostos intimista: Introducción a su diario. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1976.
Mora, Gabriela. Hostos intimista: Introducción a su diario. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2010. Enlace: https://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmc697n9.
Mora, Gabriela. “Hostos intimista: Introducción a su diario”. Anales de Literatura Hispanoamericana, 2/3 (1973/74): 311-362.
Mora, Gabriela. El “Diario” de Hostos: labor de un intimista. New York: [Department of Romance Languages, City College of New York], 1975.
Mora, Gabriela. El “Diario” de Hostos: labor de un intimista. Bilingual Review / La Revista Bilingüe 2, No. 1/2 (January-August 1975): 86-98.
Reyes Dávila, Marcos. Hostos: las luces peregrinas. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2010. Enlace: https://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcx35c5
[1] Julio César López y Vivian Quiles Calderín, Advertencia editorial, Eugenio María de Hostos, Diario 1866-1869. Obras completas, Edición crítica, Vol. II, Diario, Tomo I (San Juan: Editorial del Instituto de Cultura Puertorriqueña / Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1990), 13.
[2] De hecho, la edición de Página íntimas que reproduce la Biblioteca Cervantes Virtual contiene las obras de teatro escritas por Hostos para ser representadas por sus hijos e hijas en el entorno familiar y vecinal. Muchas se refieren a situaciones relativas a la familia Hostos-Ayala.
[3] Bayoán Lautaro de Hostos Ayala, Eugenio María de Hostos, íntimo, 2da. ed. (Santo Domingo: Ediciones Librería La Trinitaria, 2000).
[4] “He escrito como he vivido; poniendo la conciencia en la interioridad, no en la exterioridad.” Eugenio María de Hostos, “Noche del miércoles 28 [de abril de 1875]”, en Diario, Obras Completas (La Habana: Cultural, 1939), 2: 214.
[5] Gabriela Mora, Hostos intimista: Introducción a su diario (Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2010), 2. Enlace: https://www.cervantesvirtual.com/obra/hostos-intimista-introduccion-a-su-diario/.
[6] Ibíd.
[7] Ibíd. Reyes Dávila expresa sobre este punto: “Es imperativo apuntar, antes que nada, que el Diario muestra un Hostos distinto del que fue en público, precisamente porque muestra las batallas de su interior que nadie pudo atisbar”. Marcos Reyes Dávila, Hostos: las luces peregrinas (Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2010). Enlace: https://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcx35c5.
[8] Los números que siguen a las citas son las referencias al volumen (I o II) y las páginas correspondientes del Diario, edición del 1939, versión de la Biblioteca Virtual Cervantes.
[9] Gabriela Mora, Introducción a Eugenio María de Hostos, Diario 1866-1869. Obras completas, Edición crítica, Vol. II, Diario, Tomo I (San Juan: Editorial del Instituto de Cultura Puertorriqueña / Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1990), 71-72.
[10] Ibíd., 52.
[11] Reyes Dávila, op. cit.
[12] Roberto Mori, “El regreso del sembrador: Hostos, hacia la feliz cosecha”, en Hostos insepulto: Ensayos en la búsqueda de la utopía inconclusa, por Roberto Mori González (San Juan / Santo Domingo: Isla Negra Editores, 2003).
[13] “¿Nesno in patria sua propheta? (¿Nadie es profeta en su tierra?) He estado preguntándomelo, a pesar de la desconfianza de mí mismo con que trabajo por mi país…”. Hostos, “Lunes, 8 de noviembre de 1869, a las 3 de la tarde”, en Diario, Obras Completas (La Habana: Cultural, 1939), 1: 178.
[14] Hostos, “Estancia, jueves, 6 de agosto de 1903”, en Diario, Obras Completas (La Habana: Cultural, 1939), 2:430.
[15] Roberto Mori, “Hostos, un profeta en su tierra” (2013). Enlace: https://www.academia.edu/83519543/Hostos_un_profeta_en_su_tierra.